El sector agrario: delimitación, estructura e importancia económica y medioambiental

Bajo la denominación de sector agrario se encuadran las actividades de agricultura, ganadería, silvicultura y pesca comprendidas en el Régimen General de la Seguridad Social y se ubica según Clasificación Nacional de Actividades Económicas de 2013 (CNAE-2009), dentro del Grupo A, agricultura, ganadería, silvicultura y pesca. Este grupo de actividad a su vez se divide en:

01. Agricultura, ganadería, caza y servicios relacionados con las mismas. 

02. Silvicultura y explotación forestal. 

03. Pesca y acuicultura.

El Sector Agrario se caracteriza por estar compuesto principalmente por Pymes y Micropymes de reducida dimensión que desarrollan una gran diversidad de actividades agrícolas, ganaderas o forestales marcadas por una gran estacionalidad  en sus tareas productivas. En torno al 78,5 % de las explotaciones tienen menos de 10 Has. Y explotan  el 11,2 % de la superficie agraria útil total, mientras que las explotaciones de más de 50 Has suponen el 6% de las explotaciones  y gestionan el 67 % de la superficie agraria útil.

El sector agrario se ha caracterizado tradicionalmente por la generación de importantes efectos dinamizadores y de arrastre sobre el resto de sectores económicos, y como elemento vertebrador del territorio, dada su contribución al mantenimiento y desarrollo del medio rural, así como a la conservación del medio ambiente y de los espacios naturales. Asimismo, el sector agrario y el mundo rural, en sentido amplio, constituyen verdaderas señas de identidad indelebles de la realidad económica, social y cultural de España donde la mitad de su superficie se destina a actividades agrícolas o ganaderas.

La agricultura en España es un sector estratégico y muestra de ello se aprecia, por ejemplo, en que la política más importante y la que más recursos financieros recibe del presupuesto comunitario es la agrícola, que constituye además un pilar fundamental en la integración europea.

La agricultura en España es muy heterogénea y abarca desde unos sectores agrícolas modernos y orientados al mercado hasta una producción tradicional y más extensiva. Toda ella muy condicionada por las condiciones climatológicas, la estacionalidad y el carácter perecedero de sus producciones. Por su parte, la industria agroalimentaria es muy dinámica y constituye uno de los principales sectores económicos del país en términos de empleo, volumen de negocio y exportaciones.

Las producciones agrarias de nuestro país tienen  una gran diversidad y calidad, y ello es debido tanto a las especiales condiciones de nuestros recursos  climáticos y genéticos, como al alto  nivel de nuestros sistemas de protección de la sanidad vegetal y animal y al grado de tecnificación de nuestras explotaciones agrícolas y ganaderas. Por todo ello España destaca como principal productor a nivel mundial en: producción de aceite oliva, aceitunas, vino, porcino, frutas y hortalizas entre otros.

El futuro del sector agrario se debe dirigir hacia una agricultura más competitiva, más orientada al mercado e internacionalizada. Por ello, se tendrá que fomentar la innovación, la incorporación de jóvenes a las producciones agrarias así como apostar por el desarrollo y expansión de la agricultura ecológica que cuenta con un alto grado de reconocimiento por su calidad diferenciada en los mercados internacionales.

Al mismo tiempo, el sector, se enfrenta a la nueva reforma de la Política Agraria Común (PAC), a la integración de los aspectos medioambientales y de lucha contra el cambio climático y la desertificación, a los desequilibrios en la cadena alimentaria generados por el exceso de concentración en determinados eslabones y a la búsqueda de eficiencia y competitividad de cara al mercado internacional.

La Agroindustria se divide en dos categorías, alimentaria y no alimentaria. El proceso de transformación que desarrolla permite reducir las pérdidas post-cosecha y aumentar la conservación de los productos, reducir la estacionalidad de la oferta e incrementar su valor añadido y permitir ampliar la oferta de productos con mejores características nutritivas y organolépticas.

Pero la cadena agroalimentaria no solo está formada por el sector primario y agroindustrial, sino por un conjunto de actividades económicas que posibilitan atender la demanda de alimentos por parte de la sociedad en tiempo, cantidad y calidad suficiente en la que participa la industria de insumos y servicio, el transporte y  distribución de sus productos. Y en su conjunto representa aproximadamente el 5% del PIB español con unos 50.000 MM€ de valor añadido bruto y según el Ministerio de Agricultura si se tuviera en cuenta la aportación a otros subsectores como la industria de insumos y servicios, el transporte y la distribución de productos agrarios y agroalimentarios éste se incrementaría al 10%.